¿Por qué se hacen canciones cada vez más cortas?

La nueva tendencia consiste en acortar las canciones para cobrar más por cada reproducción en Spotify y evitar distracciones antes de terminar la pieza.

Como probablemente habréis notado, la duración de las canciones destinadas a convertirse en éxito se ha reducido considerablemente en los últimos años. Esto es debido al incremento de usuarios en plataformas de streaming como Spotify o Apple Music, motivo por el que la industria discográfica ha decidido replantear sus estrategias.

Según la RIAA (Recording Industry Association of America), en 2013 los servicios de streaming representaron el 21% de los ingresos totales, mientras que en 2018 llegaron a alcanzar el 75%. Por tanto, es fácilmente comprensible que la mayoría de artistas y sellos discográficos apuesten por esta herramienta global cada vez más implantada en nuestras preferencias a la hora de escuchar música. Sin embargo, existe tanta competencia concentrada en la palma de nuestra mano, que nadie puede arriesgarse a aburrir o distraer a la audiencia con canciones excesivamente largas.

Como afirma el productor Mark Ralph, «la atención ha decrecido y eso es potencialmente debido a que puedes cortar rápidamente y cambiar entre canciones si estás aburrido«, una costumbre muy alejada de lo que ocurre al cambiar de corte en un disco de vinilo.

Por ello, se sigue apostando por bajar la duración en las pistas de cada disco. En 2013, el tiempo medio de las 100 canciones más populares era de 3:50 minutos y en 2018 cayó hasta los 3:30 minutos, quedando acortadas en 20 segundos. Además, es bastante notable el incremento de los temas extremadamente cortos -de 2 minutos y medio o menos- que en este instante suponen el 6% de los más escuchados. El mercado americano vuelve a marcar la pauta, pero… ¿cuál es el motivo?

Las plataformas de streaming pagan a los titulares de los derechos por reproducciones; así que, tomando como base este concepto, es fácil deducir que la unidad de negocio básica en esta nueva forma de distribución musical se encuentra en el single. Spotify sigue resistiéndose a detallar la retribución exacta ofrecida a los artistas, pero es sabido que la horquilla se sitúa entre los 0,003 y los 0,007 euros por cada pista transmitida, independientemente del tiempo invertido en su reproducción. Y así, con estos datos, llegamos al fondo de la estrategia.

Si la canción es corta, además de priorizar el estribillo para hacerla más compacta y pegadiza, disminuye el riesgo de despiste y aumenta la rentabilidad; es decir, que si escuchamos el disco íntegro de un artista que ha grabado 8 canciones en 40 minutos, estaremos generándole menos ganancias que al reproducir el de otro autor que incluye 15 temas en el mismo espacio de tiempo.

En este sentido, el sitio de noticias Quartz, analizó recientemente los cambios adoptados por algunos de los artistas más populares de Spotify. En la siguiente comparativa, tomando como referencia tres de los últimos discos de Nicki Minaj, podéis ver cómo la popular artista ha ido recortando progresivamente sus composiciones para hacer trabajos más cortos o incluir un mayor número cortes dentro del mismo espacio.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que la música siempre ha experimentando un constante cambio con el avance de la tecnología. Los primigenios discos de pizarra solo podían contener de dos a tres minutos de música, así que esa era la duración típica de cualquier canción registrada de 1920 a 1948. La comercialización del LP en 1948, y posteriormente la introducción de la cinta de cassette (en 1962) y el CD (en 1984), hicieron posible la grabación de canciones más largas. Sorprendentemente, en este momento, las tendencias parecen recuperar lo básico e intentar adaptarse a la norma de «lo bueno, si breve, dos veces bueno».

Llegados a este punto, debemos preguntarnos: ¿está cambiando el streaming nuestra forma de escuchar música? Evidentemente. ¿Perjudica el sistema de cobro de Spotify a las obras de larga duración, como: «Autobahn», de Kraftwerk (22:43)«Shine on you crazy diamond», de Pink Floyd (27:15); «Mountain Jam», de The Alman Brothers Band (45:12)… o los temas míticos del rock cuya duración excede de los 5 minutos? Desde luego que sí. Pero una vez, más la tecnología manda y marca las pautas dirigiendo a la industria hacia una nueva forma de producir y escuchar música. Como diría Dylan, «los tiempos están cambiando«.

Julio Jesús Tébar