La canción que ninguna voz humana es capaz de interpretar

La pieza sigue siendo un reto para cantantes aficionados y profesionales.

Los que no hemos sido agraciados con el don de producir melodiosos sonidos usando nuestras cuerdas vocales, no sentiríamos frustración alguna al no poder alcanzar las notas de la pieza catalogada como «la canción que no puede interpretar la voz humana». Sin embargo, ¿qué sentiría ante este desafío imposible un virtuoso cantante de ópera, un tenor o una soprano?.

Indudablemente, un gran número de obras musicales en el bel canto con tonos desafiantes que suponen un reto para los cantantes. Un ejemplo de ello es el aria «Ah mes amis» de «La fille du régiment» (La hija del Regimiento) de Donizetti, una de las composiciones más difíciles de interpretar, reservada sólo a los más privilegiados. En ella, el intérprete debe enfrentarse a nueve notas altas -conocidas como «Do de pecho»- que requieren una vibración extrema de las cuerdas vocales.

En cuanto a voces femeninas, una de las más complicadas es, sin duda, «Il dolce suono» de la ópera «Lucia di Lammermoor», escrita por el prolífico compositor italiano Gaetano Donizetti, únicamente al alcance de las más divas con más talento, como Maria Callas.

¿Pero podría alguien como Callas interpretar la canción más difícil de la historia? La respuesta es NO y en su explicación encontramos la respuesta a esta gran interrogante.

La misteriosa grabación no es otra que «Diva dance», una de las composiciones incluidas en la banda sonora original de la película francesa «El Quinto Elemento» de 1997, dirigida por Luc Besson y protagonizada por Bruce Willis, Mila Jovovich y Gary Oldman.

Lo que convierte a la música compuesta por Éric Serra en imposible de ser interpretada por cualquier voz humana son las modificaciones digitales que el compositor francés llevó a cabo en la posproducción para que el canto simulase al de una alienígena. De esta forma, la grabación que la soprano albanesa Inva Mula había registrado para la partitura, quedó transformada en un reto imposible para cualquier voz humana al combinar partes extremadamente altas y bajas.

Técnicamente y aún contando con una preparación y cualidades exquisitas, es imposible alcanzar las notas del tema con varias octavas de diferencia en tan solo unos segundos.