Sin la influencia indirecta del cuarteto de Liverpool, el desarrollo de los dispositivos de Tomografía Axial Computerizada (TAC) no hubiera sido posible.
La historia de los avances médicos está plagada de momentos de inspiración, arduo trabajo y, en determinadas ocasiones, coincidencias inesperadas. Un buen ejemplo de ello es la creación y desarrollo de los dispositivos de Tomografía Axial Computarizada (TAC), herramientas clave en el diagnóstico médico moderno basadas en radiografías tridimensionales que exploran el interior del cuerpo con todo lujo de detalles. Pero lo que muchos no saben es que, probablemente, este eficaz invento jamás hubiera sido posible sin la influencia de uno de los grupos musicales más importantes de la historia: The Beatles.
La era previa al TAC estaba dominada por los rayos X, una tecnología revolucionaria en su momento pero limitada a imágenes bidimensionales. Detectar patologías internas complejas a menudo requería cirugías invasivas, con todos los riesgos que ello implicaba. Sin embargo, el panorama cambió cuando Godfrey Newbold Hounsfield, un ingeniero británico con enfoque poco convencional hacia la vida y la educación, se unió a EMI (Electric and Musical Industries) en 1949. Además de ser conocida por sus contribuciones al mundo de la música, la empresa se dedicaba también a la innovación tecnológica.
Hounsfield, nacido en 1919 en Nottinghamshire, mostró desde joven un interés insaciable por la física y la electrónica, aunque sus métodos de aprendizaje autodidactas desconcertaban a sus maestros. Tras unirse a la Real Fuerza Aérea Británica durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo acceso a tecnologías de vanguardia como los sistemas de radar, experiencia que moldeó su posterior carrera. Al finalizar el conflicto, Hounsfield obtuvo un título equivalente al de ingeniero eléctrico y comenzó a trabajar en EMI desarrollando sistemas de guiado y radares. Aunque la compañía se esforzaba en sacar a flote sus diferentes proyectos, ninguno llegaba a despegar, por lo que el sector de investigación informática de EMI comenzó su decadencia mientras alcanzaba éxitos muy notables en su división musical paralela.
Pero todo cambió el 9 de mayo de 1962. Ese día, EMI firmó su primer contrato con los Beatles y empezaron a llegar ingresos sin precedentes. Estos beneficios fueron sabiamente reinvertidos en nuevos proyectos tecnológicos, permitiendo que Hounsfield explorara su idea de utilizar la computación para mejorar las técnicas de diagnóstico médico. Su visión consistía en combinar la capacidad de cálculo de los ordenadores con imágenes de rayos X tomadas desde diferentes ángulos, logrando así reconstruir una representación tridimensional del cuerpo humano.
Tras varios años de investigación y desarrollo, financiados en su mayor medida por el éxito comercial de los Beatles, Hounsfield presentó en 1971 el primer prototipo funcional de TAC. Aunque el dispositivo inicial era lento y requería horas de procesamiento, su potencial era evidente. Con el apoyo del gobierno británico y la colaboración del radiólogo James Ambrose, el equipo logró perfeccionar la tecnología. En 1973, el TAC se instaló por primera vez de forma comercial en la Clínica Mayo de Estados Unidos, revolucionando el diagnóstico médico.
El impacto del invento fue inmenso. Hounsfield recibió el Premio Nobel de Medicina en 1979 y fue nombrado «Sir» por sus contribuciones a la ciencia. Su legado trasciende la tecnología desarrollada, recordándonos cómo la combinación de creatividad, ciencia y, en este caso, un poco de música, es capaz de cambiar el mundo. En aquel momento, sin el éxito de los Beatles, EMI no hubiera dispuesto de los ingresos necesarios para seguir financiando el desarrollo de sus dispositivos de Tomografía Axial Computerizada (TAC), por lo que es posible que estos jamás hubieran llegado a los hospitales de todo el mundo.
El escáner TAC ha revolucionado la práctica médica, llegando a convertirse en una herramienta imprescindible en diversas áreas. Permite identificar enfermedades, planificar intervenciones quirúrgicas, evaluar daños por traumatismos y hacer seguimiento a patologías de forma precisa. La clave de su funcionamiento está en capturar una serie de imágenes desde distintos ángulos que muestran cortes transversales del cuerpo. Al procesarlas mediante computadoras, se logra crear un modelo tridimensional completamente detallado de órganos, tejidos, huesos y vasos sanguíneos.
En la actualidad, los dispositivos de Tomografía Axial Computarizada han alcanzado un nivel de sofisticación extraordinario. Pueden generar imágenes en apenas un segundo, no solo de cortes individuales, sino también de todo el cuerpo en formato 3D. Las tecnologías más avanzadas combinan hasta 128 secciones transversales y son capaces de producir 50 imágenes por segundo.
Estos desarrollos no solo representan un hito en la ciencia, sino que además estarán siempre vinculados al monumental éxito de una de las bandas más icónicas de la historia: los fabulosos e inmortales The Beatles.