La historia detrás de la canción: «I Will Always Love You»

La popular canción de Dolly Parton habla de ruptura profesional, agradecimiento y decisiones que marcaron la historia de la música.

Al pensar en «I Will Always Love You», es muy probable que lo primero que venga a tu mente sea la inolvidable interpretación de Whitney Houston en El Guardaespaldas. Pero detrás de este himno universal hay una historia mucho más íntima y profunda vinculada a su autora original, Dolly Parton.

Nacida de una ruptura profesional, la canción nos habla de gratitud, valentía y decisiones que cambiaron para siempre el rumbo de la música.

El adiós a Porter Wagoner

En 1973, Dolly Parton enfrentaba un momento crucial en su carrera. Durante siete años, había estado trabajando junto a Porter Wagoner, un reconocido cantante de country que le ofreció su primera gran oportunidad al invitarla a ser parte de su programa de televisión, The Porter Wagoner Show. Juntos lograron grandes éxitos, pero el talento y ambición de Dolly crecían rápidamente y sentía que era el momento de emprender su camino en solitario.

Porter no estaba dispuesto a dejarla ir fácilmente y las discusiones se fueron volviendo tensas y emocionales. Fue entonces cuando Parton, lejos de marcharse sin más, decidió expresar sus sentimientos como mejor sabía: escribiendo una canción. Y así, en una sola noche, nació «I Will Always Love You», una despedida cargada de gratitud y respeto hacia su mentor.

Al día siguiente, apareció en la oficina de Porter y se la cantó. Apenas terminó, el músico rompió a llorar profundamente emocionado. Después de lo que acababa de escuchar, no pudo hacer otra cosa que aceptar su decisión. Entre lágrimas, confesó que era la mejor canción que había escuchado en su voz y suplicó que le dejara producirla para el próximo álbum.

De éxito country a clásico inmortal

«I Will Always Love You» fue presentada en 1974 como parte del álbum Jolene y rápidamente alcanzó el número uno en las listas de country. La canción no sólo consolidó la carrera de Dolly Parton como solista, sino que también se convirtió en un himno atemporal para las despedidas.

Años después, en 1982, regrabó el tema para la banda sonora de la película The Best Little Whorehouse in Texas, llevándolo nuevamente al primer puesto en las listas.

 

 

El renacer con Whitney Houston

Pero el mayor impacto llegaría una década más tarde. En 1992, Whitney Houston grabó una versión soul de «I Will Always Love You» para la banda sonora de la película El Guardaespaldas. La idea partió del propio Kevin Costner tras haber quedado impresionado con una interpretación previa de Linda Ronstadt. Pero Whitney la elevó a otro nivel: convirtió la delicada balada country en una declaración de amor desgarradora, cargada de emoción, y con un inicio a capela que ya es pura historia de la música y el cine.

Un éxito sin precedentes

La interpretación de Whitney logró un éxito abrumador: alcanzó el número uno en 34 países y llegó a despachar más de 24 millones de copias, convirtiéndose en el sencillo de una artista femenina más vendido de todos los tiempos hasta ese momento. Dolly Parton comentó con humor que los royalties generados por esta versión le habían dejado «suficiente dinero para comprar Graceland», en relación al hogar de Elvis Presley y a la decisión tomada años antes del éxito alcanzado con la versión de Whitney.

Elvis quiso grabar «I Will Always Love You» y Dolly se sintió halagada. Sin embargo, su ilusión se rompió en seco cuando el mánager de Presley exigió, como condición, la mitad de los derechos de autor del tema. Dolly se negó en rotundo y aquella noche la pasó llorando, atormentada por la duda de si había tomado la decisión correcta. Pero el tiempo y la vida terminaron dándole la razón: fue una decisión dolorosa, pero crucial, que le permitió conservar el control artístico y financiero de una de sus obras más valiosas.

Un legado eterno

«I Will Always Love You» es mucho más que una balada; es un testimonio del poder del respeto y la gratitud incluso en los momentos más difíciles. Desde su origen como una despedida profesional hasta convertirse en un fenómeno global gracias a la inimitable Whitney Houston, esta canción sigue siendo un símbolo universal del amor eterno y el agradecimiento en las despedidas.