Woodstock: 50 años de Paz y Música

Logró reunir a 500.000 jóvenes durante tres días en una granja de 240 hectáreas. El festival se convirtió en leyenda.

Ocurrió hace 50 años y es posible que muchos de los jóvenes que hoy acuden a encuentros musicales como el FIB, Festimad o Viñarock, ni siquiera sepan de su existencia más que por una simple referencia en algún medio de comunicación. Sin embargo, el Festival de Música y Arte de Woodstock se convirtió, sin pretenderlo, en un vivo ejemplo para todos los encuentros multitudinarios que se celebran actualmente en el mundo y cuentan con el rock como telón de fondo. No fue el primero, pero su celebración ha pasado a la historia por su importancia y marcado carácter reivindicativo. Fueron los conocidos como “3 días de paz y música”.

En 1969, el todavía joven movimiento hippie se encontraba en pleno apogeo. Sólo un par de años antes había logrado una fama internacional sin precedentes gracias al llamado “verano del amor” y, sobre todo, a la celebración del histórico Monterrey Pop Festival que contó, entre otras, con las actuaciones de Otis Redding, Jefferson Airplane, Simon & Gardfunkel, The Animals, Canned Heat, Ravi Shankar, The Mammas and The Papas, The Who, una jovencísima Janis Joplin y Jimmy Hendrix, en una de sus primera apariciones importantes en Estados Unidos. Fue aquí, precisamente, donde Hendrix rompió su guitarra y le prendió fuego, dando por finalizado su concierto en una de las acciones más recordadas de la historia del rock.

El Festival de Monterrey se convirtió de esta forma en el primero que contaba con una cuidada organización para atender las demandas del público, así como un impagable cartel de artistas cuya calidad y prestigio sería muy difícil de encontrar hoy en día sobre un mismo escenario. Con el lema “Música, flores y amor” invitaba a disfrutar de las más novedosas corrientes artísticas durante tres intensos días de música en directo. El festival se convirtió en el evento más importante de este tipo jamás realizado, y sirvió para abrir las puertas a la concepción de un mayor acontecimiento con el que marcar un antes y un después en la leyenda del rock.

La idea que desde entonces daba vueltas en la cabeza de varios promotores, fomentó el apetito insaciable de Michael Lang, un joven hippie dispuesto a organizar a toda costa el mayor acontecimiento musical que hubiese conocido la historia. Así, contando con la ayuda económica de John Roberts, multimillonario gracias a una cuantiosa herencia, se empezó a trabajar intensamente en la concepción del festival.

Enmarcado en el trasfondo político de la guerra de Vietnam, Woodstock se convirtió en un auténtico símbolo pacifista para el casi medio millón de espectadores que tuvieron la fortuna de vivir este acontecimiento en primera persona. La negación final del pueblo de Woodstock a alterar la tranquilidad del lugar con un encuentro de estas características, obligó a los organizadores a trasladar toda la infraestructura a Sullivan County, aunque decidieron mantener el nombre pensado inicialmente. El caos fue tremendo. Los accesos por carretera quedaron colapsados durante horas, dejando a más de 200.000 personas sin poder llegar a su destino y obligando a todos los artistas a acceder al lugar del concierto con la ayuda de varios helicópteros.

La respuesta fue brutal. Se superaron todas las previsiones, pasando de las 60.000 entradas iniciales vendidas por correo (con un precio de 18$ de la época para los tres días de conciertos) a las casi 500.000 personas que finalmente presenciaron las distintas actuaciones, aunque no todos pagaron por ello. La marea humana que se concentraba en el exterior, enojada por no poder comprar su ticket en taquilla ante la falta de previsión organizativa, acabó por derribar las vallas protectoras para colarse en el recinto sin pasar por taquilla, tal y como queda reflejado en la maravillosa película-documental rodada por Michael Wadleigh, “Woodstock: 3 días de Paz y Música”, sin duda alguna, el testimonio gráfico más fiel y completo que existe del histórico acontecimiento.

No faltaron el sexo y las drogas consumidas en altas cantidades. Aseguran las estadísticas que 9 de cada 10 asistentes a Woodstock fumó marihuana durante el fesival. Los servicios médicos tuvieron que atender a 4.000 personas, aunque en la mayoría de los casos, las emergencias se debieron a cortes en los pies provocados por el vidrio roto de las botellas. Para colmo, el agua potable escaseaba y las retenciones de tráfico impedían que el camión cisterna alcanzase con normalidad el lugar. También la lluvia apareció dando como resultado un tremendo lodazal, aunque lo cierto es que en lugar de suponer un problema en la celebración del festival, el barro se sumó al mismo como un elemento más de diversión.

Los días 15, 16 y 17 de agosto del año 1969, se vistieron de rock y psicodelia en el estado de Nueva York. El impresionante escenario de Sullivan County (de 50 metros de ancho por 40 de fondo y 12 de altura) recibió la visita de grandes artistas consagrados, pero también de algunos desconocidos que en poco tiempo se convertirían en auténticas leyendas de la música. Joe Cocker; Janis Joplin; Carlos SantanaRichie Havens; Joan Baez; Melanie; Arlo Guthrie; Tim Hardin; Berth Sommer; John Sebastian; Sweetwater; Incredible String Band; Country Joe McDonald; Quill; Keef Hartley Band; Mountain; Canned Heat; Sly & The Family Stone; Creedence Clearwater Revival; Grateful Dead; Jefferson Airplane; The Who; Country Joe and The Fish; The Band; Ten Years After; Johnny Winter; Blood Sweat & The Tears; Paul Butterfield Blues Band; Crosby, Stills, Nash & Young; y Sha-Na-Na, pasaron a formar parte de la inigualable nómina de artistas que hicieron posible el sueño de Woodstock, sin olvidar, por supuesto, a Jimmy Hendrix, que ofreció el concierto más completo de su historia al tocar ininterrumpidamente durante dos inolvidables horas. La interpretación con su guitarra del himno nacional americano también forma parte de los momentos más importantes del rock de todos los tiempos.

https://www.youtube.com/watch?v=MFLy8eGtSYo

Económicamente, el Festival de Música y Arte de Woodstock fue un rotundo fracaso, pero lo que allí ocurrió se convirtió en historia. Después se repitió la experiencia, usando la misma denominación, en los años 1979, 1989, 1994 y 1999, pero nunca ha sido lo mismo. Estoy completamente seguro de que habrá muchos más, pero Woodstock continúa siendo único y acaba de cumplir 50 años.

JULIO JESÚS TÉBAR