TINO CASAL: La leyenda de un genio

Casal nos enseñó lo que estaba por llegar antes que nadie. Fue un artista adelantado a su época.

El 22 de septiembre de 1991, España perdía a uno de los artistas más carismáticos, innovadores, visionarios y únicos de toda su historia musical. Un auténtico genio hoy en día injustamente olvidado por las nuevas generaciones que crecen al ritmo de Maluma, Don Omar o Bad Bunny, pero siempre querido y vivo en el recuerdo de los que vimos nacer la leyenda a golpe de éxito, de constancia e ilusiones puestas en una forma única y personal de entender y amar la música.

¿Me puedes poner la canción “Embrujada” de Despistaos?, preguntaba un joven oyente que me llamaba no hace mucho a la radio.
Por supuesto. Pero… ¿no prefieres la versión original de Tino Casal?
¿De Tino… qué? Creo que me suena de algo, pero no lo conozco. ¿Embrujada es suya?

Tenía 17 años y no había escuchado jamás a Tino Casal, así es que decidí “pinchar” las dos versiones, para que fuera él mismo quien las comparara a cambio de una simple la promesa: llamar de nuevo para contarme sus impresiones. Y, por supuesto, cumpliendo su palabra, volvió a ponerse en contacto conmigo unos minutos más tarde.

La de Despistaos es más rockera y me gusta más -dijo-, pero la otra está mejor hecha.

Sin saberlo, había creado la mejor crítica que he escuchado jamás de la canción con sólo tres palabras: “está mejor hecha”. Y es que así es la música de Tino Casal, cuidada hasta el más mínimo detalle, con producciones impensables para la época en la que fueron concebidas, adelantadas a su tiempo y a veces también incomprendidas por un cierto sector de público anclado en el pasado.

Tino rompió moldes. Fue pionero en todas las facetas artísticas en las que centró su vida. Sin ir más lejos, en la grabación de “Embrujada” utilizó cuatro pistas sincronizadas en un Roland que en aquella época no tenía nadie en España y el videoclip promocional, uno de los primeros de nuestra historia, fue tan innovador que llegó a proyectarse en algunos cines, antes de cada película, en 1982.

Tremendamente inconformista, siempre quiso ir unos pasos más allá. Su imaginación no tuvo límites. Fue un auténtico profeta de los ritmos y sonidos que marcaron las bases del pop electrónico en nuestro país. Escuchadas ahora, con la distancia que ofrece el paso del tiempo, todavía nos parece sorprendente la cuidada producción de joyas como “Pánico en el Edén”, “Tigre Bengalí”, “Teatro de la oscuridad”, “Bailar hasta morir”, “Histeria” o su tremenda versión del clásico “Eloise” de Barry Ryan, canciones que también fueron remezcladas en espectaculares ediciones extendidas que marcaron un antes y un después en la denominada “cultura del Maxi-Single”.

No faltaba quien lo veía como un bicho raro debido a su peculiar forma vestir, siempre llamando la atención con despampanantes trajes atiborrados de complementos que hacían girar la cabeza a todo el que se cruzaba en su camino. Pero esa extravagancia también formaba parte de la personalidad del artista. Se sentía identificado con esa imagen y utilizaba la ropa que él mismo diseñaba junto a su inseparable Pepe Rubio, sin ningún tipo de prejuicios, tanto para subir a un escenario como para tomar café en el bar de la esquina. «No quiero pecar de presumido, pero en ocasiones creo que he ido demasiado deprisa y ni la industria ni el público me han entendido», llegó a afirmar coincidiendo con la aparición del álbum Histeria en 1989.

“Ya no se hace música como la de Casal”, aseguraba un amigo en una charla reciente. Y, en parte, no le faltaba razón. En estos tiempos carentes de ideas nuevas, necesitamos a alguien tan innovador como Tino, a otro arquitecto del sonido capaz de ofrecernos sensaciones renovadas con unos simples acordes unidos a una voz poderosa y versátil. Sin embargo, hasta la fecha, nadie ha podido igualarlo ni transmitirnos las mismas emociones. Nadie ha sido capaz de ofrecernos tanto con un puñado de sencillas historias convertidas en música, de canciones transformadas en pequeñas obras de arte.

Si Tino no hubiese fallecido, ahora sería uno de los productores más reconocidos de la música en nuestro país. Ese fue su proyecto más ambicioso e inmediato, tristemente truncado por la fatalidad del destino. Era conocido por todos su deseo de fundar un sello discográfico propio con el que poder dedicarse por completo a la composición y producción musical para otros artistas, un terreno que ya dominaba a la perfección porque había dado forma a algunos de los temas más importantes de Vídeo, Goma de Mascar, Juan Carlos Valenciaga, Tacones, Pato de Goma, Ángel, Tebeo, Metálicos, Los Salvajes o Massiel. Aunque parezca increíble, también produjo los dos primeros discos de la legendaria banda de heavy-metal Obús, demostrando una tremenda facilidad para desenvolverse con maestría en cualquier estilo musical que se le pusiera por delante.

Casal es el sinónimo más exacto que puede encontrarse de la palabra artista. Fue compositor, productor y cantante, pero también demostró sus habilidades con la pintura, la escultura, la moda y el diseño gráfico. Nunca estuvo cerrado a las corrientes artísticas más vanguardistas que aterrizaban en la España de los 80 procedentes, sobre todo, de Londres, ciudad que adoraba y consideraba el principal motor de su inspiración.

Pasó sus últimos años trabajando sin descanso, ilusionado tras su vuelta a los escenarios después de haber visto como la muerte llamaba a su puerta en 1985. Un esguince sufrido en plena gira, derivó en un grave proceso de necrosis al desobedecer a los médicos que aconsejaron reposo absoluto. Se libró. Burló a la muerte, pero la parca estaba esperándolo de nuevo en el kilómetro 4,500 de la M-500, conocida como Carretera de Castilla, a las 7 de la mañana de un fatídico 22 de Septiembre de 2001. Regresaba a casa tras abandonar la discoteca Gotham junto a otros tres amigos. Había llovido mucho durante toda la noche en Madrid y el vehículo en el que viajaban se salió de la carretera chocando contra una farola. La parte del copiloto, donde se encontraba Tino, quedó destrozada por completo. No llevaba puesto el cinturón de seguridad. José Celestino Casal perdía la vida de la forma más inesperada y trágica. Fue la única víctima mortal del grave accidente. Tenía 41 años y un futuro cargado de ilusiones y proyectos que nunca llegaría a realizar.

Hoy, todos tenemos una deuda con él. Nos hizo bailar, nos emocionó, nos enseñó lo que estaba por llegar antes que nadie. Por eso, es necesario recordarlo como se merece: como uno de los artistas más grandes que ha dado la música en España. Si Tino hubiese nacido en Estados Unidos, Inglaterra o en cualquier otro país más justo y agradecido con el legado de sus artistas, todo sería bien distinto. Hoy sería recordado como la leyenda que siempre fue, ocupando en la historia el mismo nivel de otros grandes músicos como Freddie Mercury, Kurt Cobain, Jim Morrison o Bob Marley.

Así es que, como homenaje, te propongo hacer un viaje en el tiempo. Piensa en “Embrujada”, en la original, y deja que su poderosa magia invada tus sentidos. Esta fue la herencia de Tino Casal, el genio con la personalidad más arrolladora de la historia de la música en España.

Stop, mi bruja, con tacón de aguja
víctima del desamor.
Date prisa, envuélvete en la brisa
olvida tu mal humor.

Julio Jesús Tébar


11 Comments

  1. Y esa version de «Eloise» que incluso supera a la propia original de Barry Ryan es sencillamente de lo mejor que se ha hecho en este país. Me pone los pelos de punta cada vez que la escucho. Casal fue y seguirá siendo el mejor.

  2. Lo tengo claro y siempre lo diré. No habrá otro como el gran Tino. No te imaginas lo que he disfrutado leyendo tu artículo. Te mando un gran brazo desde Asturias, Julio. ¡Eres muy grande! Y, con tu permiso, le pasaré el enlace a Conchita para que lo lea, porque sé que le gustará mucho este homenaje que le has hecho a su hermano en tu blog.

  3. ¡Sencillamente, genial! Tino fue y será el artista más innovador que ha tenido la música en España. Coincido contigo en todo lo que cuentas en tu completo artículo. Muy bueno.

  4. Como fan incondicional de Tino, tengo que decirte que me han encantado tus palabras, Julio. Extraordinario homenaje al más grande. Él estaría muy orgulloso de leer tu artículo. Un abrazo, amigo.

  5. Bonito homenaje el día que se cumplen 26 años de la muerte de Tino Casal. Me ha emocionado.
    Cuánta razón hay en las palabras de tu artículo. No habrá otro como él. Sigue siendo único
    Un beso desde Granada.

  6. Estoy de acuerdo con todo lo que comentas. Casal fue un incomprendido para la época que le tocó vivir. Siempre fue por delante en todas las facetas artísticas y por eso había quien lo veía como un bicho raro. Lo que no sabían es que estaba marcando tendencias abriendo el camino para otros músicos. Por eso, siempre será inmortal.

    Brillante artículo. Como seguidor incondicional, me ha encantado. Con tu permiso, lo comparto en mis redes.

    Un abrazo.

  7. El mejor homenaje que podría recibir Tino en el 26º aniversario de su muerte. No se podría describir mejor lo que fue y significó en la música de los 80. ¡Bravo!

  8. Aún se me siguen poniendo los pelos de punta cuando escucho «Embrujada».
    Tino Casal es (hablo en presente porque sigue vivo en el recuerdo de todos los que amamos su música) una leyenda.
    Gran artículo.
    Un fuerte abrazo desde Valencia.

  9. 26 AÑOS YA? Parece que fue ayer cuando escuche la noticia en TVE que has compartido aqui. Me quedé helado. No podia creerlo. Para mi, Tino Casal sera siempre el mas grande.

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